Receta de Masa para galletas de mantequilla
INGREDIENTES: (cantidades para 35 ó 40 galletas grandes de entre 8-10 cm)
250 gr. mantequilla a temperatura ambiente
250 gr. azúcar glass
1 huevo XL a temperatura ambiente
650 gr. harina tamizada
1 chorrito de leche para ligar la masa
Aroma al gusto del consumidor
PREPARACIÓN: (Yo lo hago en la kitchen aid)
1.- Con la pala, batir la mantequilla a velocidad 3 durante por lo menos 1 minuto. Parar la máquina y bajar con una espátula lo que haya en las paredes y haya quedado en la pala y batir a la misma velocidad durante otro minuto . (foto 1)
2.- Cuando veamos que la mantequilla tienen una textura suave, bajar la máquina a velocidad 1, e ir incorporando el azúcar tamizado a cucharadas, sin prisa pero sin pausa. El azúcar tardará en integrarse totalmente. Cuando lo haga, volver a subir a velocidad 3.
3.- A lo mejor tenemos que parar la máquina en un par de ocasiones para bajar lo que quede pegado en el vaso, pero el batido no deberá durar más de tres minutos. Pasado este tiempo la mantequilla habrá blanqueado, aumentado ligeramente su volumen, y tendrá una textura esponjosa. (foto 2)
4.- En este momento pararemos la máquina y le añadiremos el sabor deseado, así como el huevo ligeramente batido muy poco a poco, y batiremos a velocidad 1 hasta que esté integrado. Si necesitamos, pararemos la máquina para bajar lo que haya quedado en las paredes.
5.- Comenzaremos a añadir la harina a cucharadas, a la velocidad más baja posible y de la misma manera que incorporamos el azúcar, sin parar la máquina, pero sin pausa. Cuando estemos llegando casi al final de la harina, la masa comenzará a “desmigarse” (foto 3). En este momento incorporaremos un chorrito de leche (foto 4) y batiremos de nuevo hasta que se haya ligado la masa, formando una bola (foto 5) y se haya despegado de las pareces del bol (foto 6). No puedo poner exactamente cuánto es un chorrito, ya que depende de cómo nos haya quedado la masa de desmigada. Depende de la humedad de la harina y de la temperatura ambiente. Pero yo le echo como tres cucharadas soperas, aunque a veces le he echado menos, y otras más. Si nos pasamos con el “chorrito” y nos queda muy húmeda echarle un poco más de harina, pero lo ideal es ir echando la leche muy poco a poco.
Cuando hayamos conseguido una masa uniforme, colocamos sobre la encimera un papel de hornear y sobre él la masa de las galletas. Le daremos a la masa forma redonda y chata y la cortaremos en cuatro trozos iguales . La masa deberá estar pringosa (debido a la mantequilla)… pero no pegajosa.
Reservamos tres trozos, y nos quedamos con uno de los trozos y con las manos le damos forma rectangular. Colocamos otro papel de hornear encima y estiramos la masa con un rodillo. Yo utilizo un rodillo de silicona de la marca IBILI que tiene una gomitas a los lados, con diferentes tamaños, y que sirven para conseguir que la masa, en toda su superficie tenga un grosor uniforme. Cuando consigamos el grosor deseado, guardamos esta masa en el refrigerador entre los dos papeles de hornear, y procedemos de la misma manera con los tres trozos restantes.
La masa se debe dejar enfriar en el refrigerador un mínimo de 3 horas ( si queremos también podemos congelar la masa, pero a mi no me gusta). Debemos colocarla de tal manera que no coja ninguna arruga ni se doble, y siempre el trozo más grande en la parte inferior. Lo ideal sería que nos cupiera la bandeja de hornear en el refrigerador y podemos meter los cuatro trozos uno sobre otro.
A mí me gusta dejar la masa en el refrigerador de un día para otro (la he llegado a dejar dos días) primero, porque así no me parece tanto trabajo, y porque me parece que la consistencia de la masa es mucho mejor. Cuando la voy a utilizar, al haberla estirado, la puedo usar directamente del refrigerador, es decir, que solo le tengo que pasar el rodillo por encima una o dos veces, por si la masa hubiera perdido un poco la forma, y empiezo a cortar las galletas.
Retiro el papel de la parte superior y cortamos las galletas con un cortador. Las colocamos todas las galletas del mismo tamaño sobre la bandeja o charola de hornear, ya que no todas las galletas tardan el mismo tiempo en hacerse. Con esta receta, encuentro que la mayoría de las veces la galleta se pega al cortador y se levanta fácilmente. Pero si no es así, cortamos la mayor cantidad de galletas posibles y retiramos los recortes. Con la espátula especial para galletas, o bien con la mano ( si la masa está bien fría) podremos colocar directamente las galletas sobre la bandeja de hornear. Esta receta al no llevar ningún tipo de levadura, la galleta no se extiende mucho, pero hay que dejar un par de centímetros de separación entre galleta y galleta. No es necesario colocar papel de hornear en la bandeja de las galletas, tan pronto las saquemos del horno, y cuando todavía están calientes, las despegamos suavemente de la bandeja y las dejamos reposar durante 5 minutos ya no se pegaran . Nos parecerá que están un poco blandas, pero endurecerán al enfriar.
Los recortes sobrantes, los uniremos, estiraremos entre dos papeles, y enfriamos en la nevera por lo menos 15 minutos. Estos recortes los podremos utilizar 3 veces más, pero la textura de la galleta no será la misma, y quedará un poco correosa. También afectará a la superficie de la galleta, que no quedará tan lisa, como las galletas que cortamos de una masa estirada solo 1 vez.
La bandeja de galletas ya cortadas la debemos de meter de nuevo a enfriar, a dejarlas 15 minutos en el refrigerador o 10 minutos en el congelador. Este paso es “obligatorio” ya que sino las galletas perderán la forma.
Precalentar el horno a 180º e introducir la bandeja de hornear durante un mínimo de 10 minutos . Este es el tiempo de cocción que indica la receta original, pero eso depende del tamaño de las galletas. Hay que tener en cuenta que todas las galletas que coloquemos en la bandeja deberán ser del mismo tamaño, ya que no todas las galletas tardan el mismo tiempo en hacerse. Lo ideal para las galletas que yo hago, que son de una media de 10 cm, son 18 minutos de horneado. Pasados 15 minutos hay que estar muy pendiente ya que 1 minuto más o menos puede ser la diferencia entre una galleta perfectamente horneada y una galleta quemada.
También deberemos conocer bien nuestro horno, primero si la temperatura es correcta (para ello utilizaremos un termómetro de horno que os indique la temperatura exacta) y segundo si nuestro horno calienta uniformemente, de lo contrario, pasada la mitad del tiempo de cocción deberemos girar la bandeja 180 grados. También les recomiendo utilizar un reloj de cocina con alarma ( a mí siempre se me va el “santo” al cielo).
Cuando las saquemos del horno hay que tener en cuenta que las galletas se siguen tostando, por eso, si nos quedan un poco claritas, las podemos dejar enfriar sobre la misma bandeja, sino, con que las dejemos reposar cinco minutos, ya la podremos mover ( con la espátula especial de galletas) a enfriar a una rejilla para enfriar galletas.
A mi me gusta dejarlas enfriar dos horas como mínimo, antes de decorarlas o congelarlas. No soy muy partidaria de congelar galletas, prefiero hacerlas frescas. ¿Se nota mucho en el sabor que las galletas están congeladas?……yo creo que es una cuestión de gustos, y solamente se nota si comemos juntas una galleta congelada y una recién horneada.
Se pueden congelar las galletas recién horneadas y frías en tuppers herméticos entre hojas de papel de hornear, durante tres semanas. Cuando las vayamos a utilizar las ponemos directamente sobre las rejillas, a temperatura ambiente durante al menos dos horas antes de decorarlas. Las galletas decoradas, no se deben congelar.
Espero que les haya servido esta deliciosa receta.